Aitzbitarte IV

Aitzbitarte IV

Investigadores principales: Diego Garate y Olivia Rivero

La cueva de Aitzbitarte IV se sitúa en la localidad de Rentería (Gipuzkoa) y forma parte de un conjunto de cuevas situadas en una colina con una fuerte actividad kárstica, con una treintena de pequeñas oquedades, simas y cuevas. Las entradas de las cuevas con yacimiento arqueológico se localizan en la ladera oeste, a escasos 40 m de altura sobre el cauce actual del arroyo que discurre a sus pies, un afluente del río Urumea. La ocupación humana de la colina de Aitzbitarte se prolonga a lo largo de todo el Paleolítico Superior de manera complementaria en las cavidades excavadas hasta día de hoy.

Las primeras excavaciones científicas en Aitzbitarte IV se desarrollan entre 1960 y 1964 (Barandiaran et al. 1965) y en esa misma época se descubrirán también algunas evidencias arqueológicas en la cueva V (Altuna2004). Entre 1985 y 2002 J. Altuna excava en el yacimiento de la cavidad III (Altuna et al. 2011, 2017). A pesar de la alta densidad de materiales arqueológicos encontrados en las excavaciones, que abarcan cronologías desde al Auriñaciense hasta el Magdaleniense, no será hasta el año 2012 cuando D. Garate y J. Rios-Garaizar (Garate et al. 2013) descubren las primeras evidencias de arte parietal paleolítico de la cueva de Aitzbitarte IV. Más tarde, en 2015, se encontrarán figuras grabadas en las cuevas III, V y IX con un estilo gráfico típico del Gravetiense y del Magdaleniense.

En 2017, en una exploración espeleológica, se descubrieron nuevos grabados paleolíticos esculpidos en arcilla. Este nuevo sector decorado se encuentra al fondo de una chimenea de 10 m, tras pasar una serie de pasajes y tubos estrechos en los que, en ocasiones, su tamaño permite el paso a una sola persona. Tanto las paredes como los techos están recubiertos de arcilla. A pesar de las dificultades para acceder a este sector, se descubrieron numerosas representaciones: 14 de animales, dos vulvas y cuatro improntas de dedos. Entre las representaciones animales, destacan los bisontes y los caballos.

El estudio preliminar de la cueva revela una composición de arte rupestre única donde la arcilla natural de las paredes fue grabada y modelada en algunos casos para crear bisontes, caballos, renos y vulvas en bajorrelieve. Esta técnica poco común, totalmente desconocida en el registro arqueológico de la Península Ibérica, las convenciones formales (cuernos y patas en perspectiva, ojos cerrados en el bisonte, escápulas en los caballos, etc.) y la presencia de vulvas grabadas en arcilla (como en Bédeilhac, Montespan u Oxocelhaya), relacionan esta cueva con los yacimientos rupestres del Magdaleniense Medio en la región de los Pirineos franceses.

Aitzbitarte IV – bison C.I.6 by diegogarate on Sketchfab

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